jueves, 3 de febrero de 2011

Hacemos al mundo con la mente

Hacemos al mundo con la mente, con la mente lo recreamos, lo destruimos, lo ignoramos.
Podemos creer que estamos solos en el mundo, o que somos el todo y que el mundo se destruirá cuando dejemos de existir.
Somos lo que nuestra mente quiere, lástima que seamos de mente tan débil.

viernes, 21 de enero de 2011

He vuelto

Vuelvo a la ciudad sin saber por qué,
ya todos se han ido.

Vuelvo a la ciudad, aunque intente evitarla,
vuelvo por más que tome el camino que va a Roma.

Vuelvo a esta ciudad, mi ciudad, donde todo sigue igual,
mas todo es ahora diferente, pues he vuelto.

jueves, 25 de marzo de 2010

Burbujas

Una burbuja.

Allá, en la cama, el vacío frasco, antes lleno de pastillas.
Los brazos pesados.

Una burbuja. Tres burbujas.

Al lado, un bloc de hojas y un lapicero: sin nota.
Pies pesados.

Dos burbujas, una burbuja.

Puerta abierta. Blanca luz. Desde acá, menos blanca.
Más blanca.

Una. La. Bur. Luz. Ja. Blanca.

Tresburbujasochoburbujasmilburbuj.

Muy blanco.

Pesado.

Cero.

martes, 16 de marzo de 2010

Romper un corazón.

Suena ¡Crack!, pero uno no lo escucha. Crack. Crack. Crack, y uno sigue sin darse cuenta. Entonces sentir algo diferente al pisar. Mirar la suela y ver que un rojo chinche se ha pegado. Jugar como un niño y arrastrarlo por el suelo, ssshhhhhhhhrrrr; rayar el pavimento, escribir un te quiero, y luego, sin remordimiento, tachar la creación. Revisar el chinche: aruñado, el rojo ya gastado. Arrancarlo de la suela para terminar el juego, entonces sentir en los dedos un leve latir. Tun tun. Tun tun. Observar, ver que tiene la forma de un pequeño cristal.

Alguien en la otra cuadra me llama. ¿Quién es? Ah, ella.

Guardar en el bolsillo el extraño cristal para estudiarlo después. Después olvidarlo. Después encontrarlo al meter la mano en el bolsillo con un agudo pinchazo.
¡Auch! ¿Qué era esto? No lo sé, pero como duele en los dedos.

jueves, 11 de marzo de 2010

Vuelvo

Vuelvo con una maleta llena de futuros
y una nueva piel.
Otra.
Una más.
La única.

jueves, 4 de febrero de 2010

De piedra

“Prefiero parecer de piedra que parecer de espuma”, dijo el tritón consumido por el dolor. El mar lo escuchó y el tritón quedó perdido en el fondo del océano.

jueves, 28 de enero de 2010

Sin palabras

Me gustan tus palabras como tus silencios.
Y tus palabras mudas
son dos placeres que se hacen uno.
Y me quedo sin saber qué decir,
qué decir más allá de un "te amo",
un "te amo" que se hace pequeño
para decirte lo que siento.

lunes, 18 de enero de 2010

Un beso para empezar la semana

Un beso para que pienses en mi,
para que me tengas presente,
adherido a tus labios,
acariciando tu lengua,
acompañando cada suspiro
como tu acompañas los míos,
adherida a mis labios,
acariciando mi lengua,
dándole sabor a mis días.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Antorcha submarina

Con el cabello rojizo, su cabeza es una antorcha submarina. Al principio estuve en contra de que se tinturara; nada pude hacer ante su insistencia y el apoyo de su madre. Ahora que nadamos juntos me alegra que haya tenido ese capricho. Me alegra. Me quema. Me da calor. Me da el orgullo del que pertenece a algo importante, y la fuerza que éste lleva en sí. Pero no debo engañarme, ella me es ajena, sus pasos seguirán un camino diferente, sus ojos verán cosas que jamas imaginé. Y yo estaré lejos, lejos y sin hilos rojos que la lleven hasta donde yo esté. Sin eslabones rotos que la inviten a volver, a devolverme la llama o el sol o la noche o el mar o lo que sea que su capricho pinte. Pero no es tiempo para temores. El sol se hace fuerte y la mesa está servida.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

El peso de los pies viene desde la garganta

Si en mí las palabras no fueran tan pesadas, podría lanzarlas, sacarlas, decirte cuanto te quiero sin pensar en cuánto; podría seguirte el juego hasta que se volviese real, sin rendirme de antemano a quedar en tablas.
Pero son así mis palabras para que mi alma hipertrofiada no se pierda en las alturas. El nudo de garganta se arrastra hasta la tierra. Quédate, mi amada, quédate sin esperar de mis palabras más que el peso de mi cuerpo sobre. el tuyo.