domingo, 20 de septiembre de 2009

Soles rojos

Cualquier conocedor del tema podrá escupirle en la cara a la veracidad de este texto. Espero y lo haga con estilo, explicando las partes faltantes y los conceptos mal entendidos. En fin, enciendo el cigarrillo. Lo enciendo para que el viento lo consuma, y de vez en cuando también para aspirar un poco del cáncer en paqueticos. El cigarro se consume y la ceniza aún se mantiene sobre el cuerpo de este, como edificando una oscura torre. Una sacudida con el pulgar y la ceniza cae sobre el suelo. Aquí es donde entra mi escaso conocimiento: según tengo entendido, hay teorías de la física que estudian la posibilidad de que dentro de la mínima partícula de cada cosa pueda existir un universo entero, y así mismo nuestro universo es una mera partícula perteneciente a otro universo. La ceniza cae en el suelo. Dos chispas rojas aún brillan consumiendo la nicotina. Son dos soles que se apagan, que consumen los planetas sin vida que aún se mantienen cerca.
Soy el testigo de la muerte de un universo.

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