- So so...
-¡No me hagas así! No soy ningún caballo ¡Suéltame!.- Jajaja
- Y pa colmo se ríe... Es que no hay respeto.
- Jajaja. Tranquila Carmensita.
- ¡No me gusta que me digas así! Ya, suéltame. Alejo, enserio, ya, deja de abrazarme. ¡No te rías!, ¡suéltame!
- Jajaja. Bueno, ya...- la suelto con un leve empujón. No mido la fuerza, no es tan leve el empujón. Tropieza con el andén. Cae. Un carro se aproxima, cerca, muy cerca. Mi reacción es ponerme entre el carro y ella como si pudiera detenerlo con el hombro. Es mi culpa. El conductor reacciona, tarde. Mi cuerpo hace una pequeña curva en el aire. Se arrastra contra el pavimento, se quema en el costado derecho. La cara me arde. En el costado izquierdo se clava un dolor que atraviesa el brazo y las costillas. Me vuelco boca arriba. Las luces están más brillantes que hace un segundo. Veo que Natalia se acerca tímidamente. Hay otros que también observan, no los veo, pero siempre los hay, siempre hay quien contará lo que vio el otro día; el árbol nunca caerá sin quien lo escuche.
- Estás... -no es capaz de terminar la frase. No tiene raspones, el carro no la alcanzó (que bien), pero le duele el pecho. El doctor le dijo que tenía que estar calmada. Aún mantiene cierta distancia, o eso parece, no sé.
- ¿Te duele mucho?
- ¡Tu eres el que está sangrando! No... -se agarra la mano para no agarrase el pecho- no me duele. Y tú, ¿estás bien? -ahora sí, ahora sí está cerca. Sus lagrimas caen tibias sobre mi rostro. Escucho a los escandalosos, esos que tampoco faltan, los que entre gritos preguntan lo obvio. No los veo, sólo veo esos ojos brillantes, muy brillantes por el reflejo de las lágrimas.
- Coge... coge el celular... Busca Marta Resi y... ¡agh! -el dolor se sigue clavando, aún no ha terminado de enterrar su cuerpo. En mi boca el sabor del hierro. ¿Cuántas monedas de docientos serán veintiún gramos?
- ¡La busco y qué! -pregunta Natalia y vuelvo a ver sus ojos de cristal. Su sonrisa, su linda sonrisa no está.
- Y pues... invítala... dile que estamos... que estamos pasando genial... -ahí está, leve, pero ahí está la sonrisa- Ahora... agh... ahora voy a... desc... descansar un rat...
Imaginario de Muerte número 1
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