Soy Jair León Jaedra.
Conozco muchísimos León, y otros tantos Jair. En menor cantidad sé de la existencia de Jair León (existen dos mil ciento treinta, según Google). Incluso he tenido la desgracia de conocer a dos homónimos completos, con apellido y todo: uno era un médico, un cirujano plástico que estudió a mi hermana con infulas de artista; y el otro un mendigo cuya acta de nacimiento mostraba a todos los encargados en el comedor comunal, incluyéndome. El cirujano era un simple cirujano, vulgar, sin gracia, fiel representante de su especie y de su plástica, pero el mendigo me preocupó. Con tanto orgullo sacaba aquel arrugado papel, aquella arrugada bandera con que se auto proclamaba superior a sus iguales... pero cuando lo llamé por mi nombre, teniendo que tragarme la desesperación, descubrí que su orgullo era el ser alguien, no importase quién, pues igual respondía si lo llamaba Juan, Tomas, Rata, Mono...
Yo soy el único que es Jair León Jaedra, y esto es todo lo que soy: mi nombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario