jueves, 27 de agosto de 2009

Falsos juramentos

"Que las estrellas sean testigo..." Antes hubiera podido decir esto, pero ya no hay estrellas en las paredes de este cuarto que alquilo.

Soy un adicto. Aspiro, lucho para no aspirar más y luego de nuevo aspiro.

Con la mano cerrada se siente mejor. Aspiro profundamente; me siento mareado.

¡Basta! Juro, ante las estrellas como testigo... pero ya no hay estrellas en mi cuarto. Mi juramento de borracho no tiene sentido.

Aspiro.

La droga se acaba. Me siento aliviado, ansioso, aliviado. Aún algo queda, aún mi propio olor no a extinguido el de ella, pero me digo no más, sin quererlo decir; me quito su guante y lo guardo lejos, en la mochila, en el olvido. Mañana recordaré que existe, mañana se lo devolveré y volveré a ser un adicto en recuperación.

Pero me engaño, y sigo aspirando.

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