Desde siempre los publicistas se han apropiado de aspectos de la realidad, los han alterado y los han usado en beneficio propio (o más bien, en beneficio de lo que estén vendiendo). Esto con el fin de producir sensaciones de choque, cómicas o agradables, según sea la intención del mensaje.
Hasta el momento, todo bien. El arte también se apropia de la realidad, y es esta una de las razones por las que algunos se confunden entre estos dos medios de "creación" tan disimiles; pero, como dije, todo bien.
Aquí un ejemplo, con música agradable y pegajosa, de como una situación tan difícil como una guerra entre dos naciones vecinas (Palestinos e Israelitas) puede verse de manera agradable a través de los ojos de la publicidad:
La realidad sin embargo es otra. Lo siento por los fanáticos de Coelho y de El Secreto, pero parece que hace falta más que un comercial que nos incentive maravillosos pensamientos positivos para cambiar la realidad:
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